Verdades y trampas de la planificación estratégica

Francesc Esteban Amat

Jaca negra, luna grande, 
y aceitunas en mi alforja. 
Aunque sepa los caminos 
yo nunca llegaré a Córdoba.

CANCIÓN DE JINETEFederico Garcia Lorca, 1924

Estos días recordaba un trabajo realizado a principios de este año académico, consistente en la facilitación de un plan estratégico de educación y seguridad vial para una entidad pública…

A pesar de sus contenidos específicos, esencialmente, es un plan estratégico equiparable al de cualquier organización.planestrateg

No pretendo yo dar lecciones de cómo generar un plan estratégico, pero sí quisiera señalar algunos de los aprendizajes más significativos de la experiencia, y algunos de los cuellos de botella en los que nos solemos encontrar cuando nos dedicamos a esa tarea…

  • El exceso de planificación es tan malo como la falta de planificación.

Hay gente que adora el Excel. Que le encuentran una belleza tan superior e inconmensurable, que no permiten que se lo desgracie cualquier realidad… A veces hacemos planificaciones brutales sin darnos cuenta que es sólo un sueño tratar de calcular el futuro. El exceso de planificación, no sirve. Pero da seguridad. Y en entornos variables, de crisis, donde la incertidumbre es tu compañera más habitual, la planificación nos da seguridad porque reduce la ansiedad. Pero pasado un cierto punto, la planificación te lleva a la parálisis por el análisis. Es aquello de “no podemos atenderle: estamos planificando”.

  • La falta de planificación también ofrece seguridad… La seguridad que llegarás a algún lado. Como tampoco sabes dónde, ¿qué importa?

En estos entornos de cambio rápido, observamos a veces una cierta “pereza” en planificar… ¿Para qué voy a hacer un plan estratégico si no sé dónde estaré mañana? ¿Para qué me planifico el día si seguro algo aparece que fastidia la planificación? Es hermoso fluir, por supuesto. Pero si no planificas un poco tus vacaciones, lo más probable es que las pases en casa de tus suegros… ¡Esperemos que tengan piscina!

  • Un plan estratégico es, esencialmente, un sueño puesto en acciones.

sueñoplanestrategico

Sueña. Haz que sueñen. Deja la realidad aparte durante un rato…  Crea un ambiente “waw”, donde todo está permitido, donde desborde la alegría, donde pensemos en grande… ¿Cómo puedes conectar con el sueño de la gente? Una de las cosas que he aprendido del coaching es que, si consigues conectar con tu sueño, y consigues convertir tu sueño en acciones, parafraseando a Guardiola, eres imparable. Si no sueñas, es evidente que no conseguirás nunca tus sueños. Siempre que hablo de sueños, me viene a la cabeza el célebre discurso de Martin Luther King pronunciado el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad. Aquí tienes el link, por si necesitas inspiración…

Ahora, si sólo sueñcochearenaas, si no lo conviertes en acciones, lo más probable es que tu sueño se convierta en… una pesadilla. Es como un coche de arena: hermoso pero inútil para desplazarte.

  • Para realizar un plan estratégico, necesito una brújula que me oriente. Misión, visión y valores me tienen que ayudar a ello.

¿Has estado perdido alguna vez en la montaña? ¿Te has perdido alguna vez en una carretera? Cuando estás en el camino, a veces pierdes la perspectiva. Pierdes los puntos de referencia tradicionales. Y eso te paraliza. Y aparece el miedo. La irracionalidad. El “esto se hunde”. Los reproches, el “te lo dije”, el “las ratas dejan el barco”, el “vamos a buscar un culpable”. Porque para encontrar la solución, necesitamos datos, Y a veces, son los datos lo que no tenemos. En algunos momentos, cuando nos sentimos perdidos, debemos recordar quiénes somos y qué queremos, como personas y/o como organización.  Y para eso nos sirven los valores, la misión y la visión.

  • Si no sé de dónde parto, lo más probable es que no sepa dónde voy a llegar.

Mira que es claro, dicho así… Pero a veces nos olvidamos de saber quiénes somos, cómo somos, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades… y en qué mundo nos movemos.

Analiza, usa cualquier estrategia como el DAFO, pero haz que el proceso evaluativo no te sumerja en un mar de datos del que no salgas ni con el nautilus, después de 20.000 leguas de viaje submarino…

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  • No te aferres a un plan si la realidad se obstina en llevarte la contraria

El plan escomo un mapa… Te permite tomar decisiones. Pero a veces, la realidad, el terreno, cambia. Y el mapa ya no sirve. Si tienes un GPS desactualizado, ya sabes de qué te hablo… En el terreno, hay terremotos, puentes que se caen, carreteras nuevas, ríos que cambian su curso… Si te aferras a tu mapa, tendrás el mapa del tesoro, pero el tesoro, no.

A veces la vida nos lleva la contraria, y aunque llevemos las alforjas llenas de aceitunas, sepamos el camino
y tengamos un corcel poderoso, Córdoba –o Ítaca, si prefieres- insiste en esconderse…
Si es así, revisa tu brújula y revisa tu mapa. Ellos te darán la clave de tu próximo destino
.

 

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